lunes, 23 de octubre de 2017

ESTAMBUL

Palacio de la  Pera

El puente en 2016Junto a otros puentes inertes que cumplen con su función, el de Gálata es como una ciudad donde la gente transita, trabaja, pesca, cocina... Reconstruido por última vez en 1994 tras un incendio, la visita a este nexo entre el Estambul histórico y el moderno se puede realizar en coche por sus 6 carriles superiores o a pie por el piso inferior donde hay comercios y restaurantes de pescado fresco. Sentados casi a ras del agua se puede contemplar el trasiego marítimo que circula por las aguas del Bósforo. A los lados se divisa la orilla europea, salpicada de minaretes como el de la mezquita Yeni Camïï, la más cercana, y la asiática, con edificios modernos en torno a la Torre de Gálata (s. XIV), otro excelente mirador.
El puente en 1846El primer puente de Gálata fue construido donde se dice que, hasta el siglo XV, una enorme cadena permitía a los bizantinos proteger su puerto. De madera y anclada sobre pontones, la pasarela fue la obra más ambiciosa del proyecto otomano para modernizar la ciudad. Aquel puente fue reemplazado en 1863 por otro creado para impresionar a Napoleón en su visita a la ciudad, a la que legó una frase que pasaría a la historia: "si la tierra fuese un solo estado, Estambul sería su capital". El Gálata, trasladado en 1912 a su ubicación actual, ayudó a comunicar las dos orillas del Cuerno de Oro y sus gentes, que se reunían en las tabernas instaladas en su nivel inferior, y que resultaban irresistibles para los viajeros románticos del siglo XIX. Se dice que los bizantinos sumergieron tantos tesoros en el Bósforo durante la conquista otomana que sus aguas tenían un brillo dorano.



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